PEDRO ARRUPE (Bilbao, 14 Nov. 1907, Roma, 5 Febrero 1991)
«No podemos responder a los problemas de hoy con soluciones de ayer»
(P. Arrupe)
Conmemoramos los 28 años de su fallecimiento pero la figura de Pedro Arrupe, lejos de tenerla en el olvido, se mantiene más viva y grande cada día.
Fue, como refleja el título de la Biograría escrita por Pedro Miguel Lamet, Testigo del siglo XX, profeta del XXI. Adelantado a su tiempo, visionario de por dónde debía ir no solo la Compañía de Jesús, sino también la propia humanidad. Su deseo eran ‘hombres que tienen el futuro en la médula de sus huesos y acuden a la periferia’.
A Pedro Arrupe, «Peru» como le conocían en su Bilbao natal-, le puedes conocer en el Grupo de Comunicación Loyola a través de las biografías que sobre él se han escrito, con palabras pero también con imágenes, La sonrisa de Arrupe; le puedes escuchar atendiendo a sus palabras y también puedes orar con él.
Testigo directo e implicado en la barbarie de la bomba atómica de Hiroshima. Su opción siempre fue la de estar al lado de los necesitados. Seguidor fiel del Evangelio de Jesucristo. Testigo y actor. Siempre al servicio de la fe y la promoción de la justicia como máxima. No exento de muchas incomprensiones, como suele ocurrirle a toda persona implicada con su sociedad y en contínuo cambio.
Sirvan estas líneas como reconocimiento explícito a su memoria y su legado. Siempre actual.
Las siguientes palabras de Mons. Romero pueden ayudarnos a centrar la figura y el sentir del P. Arrupe. A ver si llegamos todos a la misma conclusión:
«¿Quieren saber si su cristianismo es auténtico?
Aquí está la piedra de toque:
¿Con quiénes estás bien?
¿Quiénes te critican?
¿Quiénes no te admiten?
¿Quiénes te halagan?»