Al padre Peter-Hans Kolvenbach, XXIX general de la Compañía de Jesús (1983-2008), memoria fiel y creativa de nuestros Primeros Compañeros. Es una de las dos dedicatorias a sendos prepósitos generales del Grupo de Espiritualidad Ignaciana en su último libro: Escritos Esenciales de los Primeros Jesuitas. Su memoria hoy, primer aniversario de su muerte, ya está patente en este libro, porque como dice el coordinador de esta gran obra de la colección Manresa, José García de Castro, una organización religiosa no puede sobrevivir en su identidad y su carisma si no es mirando al pasado. ‘Si queremos mantenernos fieles a lo que somos y lo que hemos recibido de Dios a través del espíritu de nuestros primeros compañeros no podemos prescindir de las fuentes de donde venimos’. Esta dedicatoria enmarca la misión del libro con la segunda, a Luis Martín García, XXIV general (1892-1906), ‘iniciador e impulsor de la colección Monumenta Historica Societatis Iesu, y a todos los compañeros que trabajaron en silencio en la edición crítica de nuestras fuentes’.
El padre Kolvenbach contribuyó en este enriquecimiento del patrimonio espiritual de la Compañía de Jesús y este libro, memoria y misión, así lo reconoce en sus primeras páginas con la dedicatoria. El libro comprende escritos esenciales de 19 jesuitas de la primera Compañía, entre ellos, los cuatro primeros generales -Ignacio de Loyola (1541-1556), Diego Laínez (1558-1565), Francisco de Borja (1565-1572) y Everardo Mercuriano (1573-1580)- y Polanco, un jesuita que fue ‘casi todo de la Compañía de Jesús’, según describía el historiador Javier Burrieza en la presentación de este libro en Valladolid. Llegar hasta este legado nuclear fue también una misión del jesuita holandés con ‘memoria fiel y creativa’. Las líneas maestras que configuraron la Compañía de Jesús se muestran desde la palabra ‘viva y fresca’ escrita por sus protagonistas. Sus relatos son experiencia, son doctrina y son su práctica pastoral de la que hoy todavía se pueden nutrir los jesuitas.
El GEI los jesuitas J. Carlos Coupeau, Pascual Cebollada, Javier Melloni, Diego M. Molina, Secondo Bongiovanni y José García de Castro- ha realizado un trabajo de seis años de discernimiento, traducción y catalogación. Pequeños que van conformando el espíritu heredado de generación en generación. Aquí está recogida, por ejemplo, la carta más antigua de san Ignacio, dirigida a Isabel Roser en 1532 y dedicada a La enfermedad y las adversidades como camino: Cabe considerar que estas enfermedades y otras pérdidas temporales son muchas veces de mano de Dios para que más nos conozcamos y más perdamos el amor de las cosas creadas, y más enteramente pensemos cuán breve es esta nuestra vida, para adornarnos para la otra que siempre ha de durar. O por ejemplo, el mandato de Ignacio de Loyola a todos los superiores redactada de la mano de Polanco en 1556 sobre Hablar la lengua de la región: «Parece convenir para la edificación y aprovechamiento de los pueblos entre quienes vive nuestra Compañía, y para la unión y aumento de la caridad y benevolencia de los nuestros, que en los lugares donde haya colegio o casa de ella, todos los que no la sepan, aprendan la lengua que allí sea común, y en esta se hable normalmente. Porque sería gran confusión y desunión que, siendo de diversas naciones, cada cual hablase su propia lengua».
En este vídeo se puede ver la presentación del libro en Valladolid. Javier Burrieza, historiador de la Universidad de Valladolid, y José García de Castro, de la Universidad Pontificia Comillas ICADE-ICAI, acto en el que exponen las claves para su redacción.