¿Cuál es la buena noticia que hemos de dar a nuestros conciudadanos en lo que toca a la sexualidad desde nuestra fe en Cristo en el siglo XXI? El 50 aniversario de la publicación de la encíclica Humanae Vitae, emitida el 25 de julio de 1968 por Pablo VI, trae preguntas como ésta al tratarse de la doctrina de la Iglesia católica de la regulación de la natalidad, el aborto, los métodos anticonceptivos y otras medidas relacionadas con la vida sexual humana. Su recuerdo infunde reflexiones interesantes sobre el papel de la iglesia en este sentido. El Grupo de Comunicación Loyola quiere contribuir de alguna manera a que el análisis sea rico y fructuoso destacando dos propuestas clave: el número de julio de la revista Sal Terrae Hacia un nuevo modelo de moral sexual y el libro del profesor de la Universidad Pontifica Comillas Humanae vitae 14: una propuesta desde Amoris laetitia, del sello Sal Terrae, quien también participa en la revista en su segundo capítulo. Diversas perspectivas que ponen el foco en el mismo documento, uno de los más discutidos de la historia y cuya recepción eclesial ha supuesto grandes dificultades para los creyentes.
El profesor de Moral de la Persona en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas y director de la Cátedra de Bioética, Javier de la Torre, aborda esta cuestión desde una perspectiva histórica, eclesiológica, teológico-moral y filosófico-moral. Pretende humildemente ampliar, desarrollar y complementar en un pequeño punto (HV 14) la perspectiva del Magisterio católico para hacerlo más cercano a muchos católicos y muchos hombres y mujeres de buena voluntad que ni comprenden ni aceptan algunos puntos del mensaje. Una propuesta que parte de dos exhortaciones apostólicas del papa Francisco: Evangelii gaudium y Amoris laetitia.
Para ello hace ver, en primer lugar, que la doctrina de HV 14 es fruto de una larga tradición, en la que ha habido un notable desarrollo. Muchos comportamientos que en el pasado parecían pecaminosos hoy no son vistos como tales. En segundo lugar, recuerda que HV 14 no es infalible, es reformable, y que en estos cincuenta años no ha habido una recepción clara del texto. En tercer lugar, sugiere una reforma desde una profunda eclesiología de comunión, pues los desarrollos no pueden reducirse a un mero cambio de norma. En cuarto lugar, propone avanzar en la hermenéutica integradora iniciada por algunas conferencias episcopales en sus comentarios a HV, descubriendo nuevos principios y orientaciones más allá de las excepciones y las circunstancias. Por último, invita a plantear una racionalidad moral más amplia, que supere los debates limitados en torno a HV 14 que han distanciado la doctrina de la experiencia de las personas.
Escucha a las parejas
La realidad es que Humanae Vitae ha contribuido a que muchos se alejaran de la Iglesia y, quizá, también a que la Iglesia aparezca en lo relativo a la sexualidad alejada de la vida de los hombres. En nuestros países occidentales son escasos los jóvenes que acuden a un representante de la Iglesia buscando orientación en temas de sexualidad, comenta la introducción del número de julio. Por eso el primer artículo de, Mª del Carmen Massé, profesora de la Universidad Pontificia Comillas, ahonda en la necesidad de que la Iglesia escuche a las parejas y especialmente a las mujeres de modo semejante a como el papa Francisco ha propuesto escuchar a los jóvenes ante el próximo sínodo para poder ofrecer al mundo la riqueza del mensaje de Jesús también en el ámbito de la sexualidad.
El profesor de Teología Moral y Bioética en la Facultad Pontificia Teológica de Sicilia, Salvino Leone, en su artículo ¿Existe una espiritualidad del erotismo? propone una auténtica y verdadera espiritualidad de la dimensión erótica del amor. Con demasiada frecuencia ha existido en la Iglesia una visión peyorativa del erotismo debido con toda probabilidad al dualismo platónico y gnóstico, siendo así que el erotismo existe por decisión del Dios Creador y es, por tanto, algo bueno como sugiere la tradición bíblica desde el libro del Génesis al Cantar de los Cantares.