Una presencia demoledora. Esa antigua esclavitud no ha dejado de estar presente y hoy en diversas formas: la trata de seres humanos, la servidumbre por deudas, el trabajo doméstico forzoso, la esclavitud sexual, los matrimonios obligados. Una realidad tan actual que hoy más de 21 millones de mujeres, hombres y niños, 3 de cada 1000 personas del mundo, viven en una situación de esclavitud, según Naciones Unidas, más que en cualquier otro momento de la historia. Para la Organización Internacional del Trabajo, las ganancias por esta explotación son tan altas que la trata de seres humanos es el tercer negocio más lucrativo después del tráfico de armas y de drogas, un negocio que afecta, en el 80 por ciento de los casos, a mujeres y niñas. Así lo refleja la revista Sal Terrae en su último número de enero La esclavitud y la trata de personas en el siglo XXI.
Desde la Iglesia, y como parte de ella, desde nuestras publicaciones, hay un clamor que lidera el papa Francisco para acabar con lo que denomina ‘formas modernas de esclavitud’. Menciona como causas de la esclavitud moderna la pobreza, el subdesarrollo y la exclusión, combinadas con la falta de acceso a la educación o ‘con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo’. El 8 de febrero es un día especial para ello. Desde hace cuatro años se convoca la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la trata de personas, este año bajo el lema «Emigrar sin trata. Sí a la libertad, no a la esclavitud».
En la revista de enero de Sal Terrae el trabajo de María José Castaño es profundo e interesante. La esclavitud y la trata de personas en el siglo XXI analiza ambas realidades en relación con el trabajo forzoso. Se fija también en la dimensión transnacional de la trata de seres humanos y la relación que existe entre el tráfico de migrantes y la esclavitud moderna. Al final aporta algunas propuestas para hacer frente a este problema.
A partir de tres historias reales Carmen Meneses expone las causas y las situaciones de trata, prostitución coactiva, explotación sexual y el tráfico de mujeres jóvenes para abastecer el mercado de la prostitución. Blanca Gómez Bengoechea explica en su artículo cómo los crecientes problemas de infertilidad y los nuevos modelos de familia han abierto el camino aparte de las nuevas técnicas de reproducción asistida hacia la consideración de la adopción como una buena alternativa para formar una familia. Este deseo de paternidad y los nuevos métodos para lograrla han generado un contexto en el que han aparecido prácticas poco respetuosas con los derechos de los niños y han llegado, a veces, a constituir un negocio que ha convertido a los niños necesitados de protección en objeto de tráfico. Y Armando Agüero, desde la experiencia cotidiana de asistencia a trabajadoras del hogar constata que este trabajo se ha convertido en un campo de dificultades especialmente para mujeres emigrantes que carecen de apoyo familiar y social y con escasos conocimientos del funcionamiento del mercado laboral y su legislación.