Clamando al cielo es la historia de Martín Louro. Un joven sacerdote que deberá enfrentarse al reto de liderar un programa de pastoral con un grupo de reclusos de la cárcel de Bonxe (Lugo). A pesar de sus reticencias iniciales al toparse con las realidades terribles de los criminales, pronto descubrirá que, tras los graves delitos cometidos por los hombres con los que trata, se esconden inquietudes y caracteres muy diferentes. Todo ello, unido a una complicada relación con su padre y a sus métodos poco ortodoxos como responsable del programa, lo llevarán a vivir unas experiencias que transformarán de su misión. Y también su vida.
Esta novela ambientada en el noroeste gallego -y que recorre algunos de sus lugares-, entrelaza las historias de unos personajes que huyen de los estereotipos y que se construyen a través de su pasado, de las decisiones que toman en el presente y de los intensos diálogos que surgen en las reuniones del programa.
Manel Fernández Barreiro ha manejado con maestría el realismo más humano. Los relatos de las vidas con las que se encuentra el joven Martín, no han ocurrido –ni siquiera están basado en hechos reales-, pero sí son muy realistas. Cien por cien veraces. Asesinato, venganza, abusos sexuales, explotación laboral o corrupción, son realidades criminales que se presentan sin tapujos, mediante unos protagonistas cimentados y desarrollados con mucha profundidad. Historias que marcarán la visión del protagonista, sobre las realidades con las que se topa en las reuniones. Una crudeza que impacta y sobrecoge en los pequeños detalles, mostrándonos la cara más oscura del ser humano. Así, el autor desarma todos nuestros prejuicios para abrir la puerta a la intimidad de cada personaje. Para encontrar allí un nuevo espacio lleno de luz, con nuevas experiencias de arrepentimiento, de lucha contra las propias tentaciones, de auténtica compasión, perdón… y de fe.
Porque si de algo habla esta historia es de la fe. En este ambiente de oscuridad, aparece para intentar sacar lo mejor del ser humano o, al menos, para tratar de dar un poco de luz a unas vidas que parecen condenadas al desconsuelo. La fe es la llama en la oscuridad de la cárcel interior y exterior. Y también esa venda que cubre la herida en el alma de quienes con sus errores y terribles pecados hicieron «clamar al cielo».
Sin duda, una poderosa y necesaria historia de fe en nuestros días que te emocionará y te mantendrá en vilo hasta el final.