¿Pero qué he hecho? ¡No lo entiendo! ¡Si yo no he pegado a nadie!
Hablemos del bullying ¿Sabes realmente lo que es? ¡Sí, claro! Es el acoso físico en el aula ¡Frena el carro! Aún necesitas aclararte algunas cosas ¿Y tus hijos o alumnos? ¿Saben qué consecuencias tiene el bullying? ¿Qué herramientas pueden utilizar para hacer frente al bullying como acosadores, espectadores o víctimas?
Lo mejor es descubrirlo en primera persona. ¿Cómo? A través de las . Una de esas ‘abusonas’ que nunca levantó la mano contra nadie. Desde luego es una gran guía para trabajar tanto en el colegio como en casa.
Lo primero es lo primero. El acoso escolar que ahora reconocemos mundialmente como bullying- es el maltrato físico y/o psicológico y continuado que recibe un niño por parte de otro u otros. Y no es innato. El acoso se aprende. En casa, en el recreo, en el colegio o incluso en la calle.
Son formas de acoso que normalmente van muy unidas. Puñetazos, empujones, patadas Insultos, burlas, chistes Siempre es la misma cruel realidad. El mismo propósito para el acosador/a: sometimiento y miedo para conseguir un beneficio o simplemente por el placer de ver a otro niño/a destruido.
Y es que acosar, como nos enseña Cata, no solo es agredir físicamente. Las palabras y las actitudes dañan incluso más.
Además del acoso físico y verbal, Cata nos muestra en sus confesiones que el acoso social entre niños va ganando espacio. Sobre todo con los móviles y en las redes sociales.
Chismes, bulos, ridiculizaciones y más: el control absoluto del grupo, al que el acosador le marca qué es lo que puede hacer y lo que no. El objetivo es conseguir que el niño o niña víctima termine aislado totalmente de ese grupo. Ese es el más alarmante propósito final del acoso. Exclusión social y soledad interior.
Lo mejor es que Cata quiere enseñarnos toda clase de trucos y consejos para ayudar a nuestros chicos y chicas a reaccionar sin crueldad ni odio ante los comportamientos de acoso. Así que es un libro estupendo para trabajar el bullying con niños y niñas víctimas, espectadores y acosadores. Y también para nosotros, como padres y profesores, que muchas veces necesitamos aclarar las cosas y sobre todo dar un apoyo incondicional a nuestros hijos y alumnos.
Los niños de hoy son los líderes de mañana. Necesitamos fomentar en ellos la implicación y la capacidad de respuesta ante las injusticias de las que son testigos. Así continuamos sentando las bases para una sociedad más justa y compasiva.