La revista Manresa ha despedido ayer a uno de sus directores, el jesuita Juan Manuel García-Lomas Pradera. Un hombre que vivió hasta sus últimos días con 87 años de edad su vocación religiosa acompañando, formando y guiando a hombres y mujeres, sacerdotes, matrimonios y religiosos, mayores y jóvenes en la tarea de enfrentarse así mismos y a las interpelaciones de la fe desde la savia de los Ejercicios Espirituales. El legado de san Ignacio de Loyola fue su inagotable fuente de inspiración y en ellos siempre buscó respuestas a los grandes interrogantes y a las contradicciones de la vida. Los integró en la vida cotidiana y dirigió a muchos otros en la tarea de hacerlos visibles en su propio día a día. Desde dentro, con el corazón y con ilusión, reunió en el libro Ejercicios Espirituales y mundo de hoy las grandes aportaciones del Congreso Internacional de Ejercicios. Un encuentro que dirigió en Loyola en 1991 con motivo del V centenario del nacimiento del fundador de la Compañía de Jesús y cuyos frutos siguen ofreciendo respuestas a este mundo de hoy desde las aportaciones de Peter-Hans Kolvenbach, entonces general de la Compañía de Jesús, o Carlo Maria Martini, arzobispo de Milán, entre otros muchos expertos venidos de los cinco continentes.
Entonces, en la introducción de este recopilatorio editado en la recién nacida colección Manresa, reflexionaba sobre la condición humana a la que comprendía con la benevolencia y la claridad de un padre espiritual y a la que aconsejaba de manera inteligente e iluminadora: En nuestro mundo de hoy somos testigos y también actores de situaciones sociales e interpelaciones a la fe que, si no siempre nuevas por su naturaleza, resultan nuevas en la fuerza con que nos cuestionan. En el mundo de nuestros días el ser humano aprecia destacadamente valores y tropieza en condicionamientos que lo configuran en su fisonomía de hombre o mujer del momento actual. ¿Qué dimensiones positivas aporta o qué preguntas y problemas plantea nuestro tiempo al contenido y proceso de los Ejercicios?.
En la gestión de la revista Manresa participó entre 1982 y 1994. Entre 1982 y 1988 fue su director, tras Jesús Iturrioz, S.J., editando 26 números. En ellos se fueron publicando diversos artículos que daban cuenta de las raíces ignacianas de institutos religiosos y consagrados fundados a lo largo de los siglos, dándolos así a conocer mejor a los lectores. Los siguientes seis años, bajo la dirección de Ignacio Iglesias, S.J., formó parte de su consejo de redacción. En esta revista especializada en espiritualidad ignaciana escribió varios artículos acerca de san Francisco de Borja objeto de su tesis doctoral en la Universidad Gregoriana-, las Constituciones de la Compañía o la oración de meditación en los Ejercicios.
Profesor de Teología en la Universidad Pontificia Comillas, director de su Instituto de Espiritualidad durante 17 años, formador de jóvenes jesuitas y hermanos en definitiva, maestro de la vida que disfrutaba ayudando a crecer en lo humano y hacia Dios.