Éxito es que un niño abra por placer un libro en vacaciones. Que ese chico deje su atención atrapada entre las páginas -como una pequeña hormiga en la red de una araña-, podría ser directamente un milagro. Está claro que leer no está de moda.
El verano se acerca, o al menos eso es lo que dice el calendario. Lo del tiempo atmosférico es ya otro cantar. A todos se nos llenan los días de esas cosas a las que normalmente no podemos dedicar más tiempo. Y que requieren de eso que llamamos relax. También a nuestros niños o adolescentes. Leer un libro es una de las opciones que más se bate en retirada en verano. ¿No te preocupa? Pues deberías.
Dos abusones imponen su voluntad en el maravilloso mundo de los libros. La tecnología ya lo controla todo y como un gas, lo ocupa todo. ¡También el Tiempo! Pero es que además nos agota. Ahí llega el segundo abusón: el cansancio. Cada vez nos cansamos antes, y nuestros pequeños aún más. Será porque todo resulta más cómodo, o porque tenemos la sensación de que ya hay pocos mundos por descubrir. El caso es que leer cansa. También lo hace jugar un partido con los amigos pero no vamos a renunciar en este tiempo a darnos este placer más de una vez.
Lo importante de la lectura es ¡leer por placer! Una prioridad que como padres y madres deberíamos tener bien clara en nuestra lista de cosas que hay que hacer este verano.
Entre todos nuestros libros, nuestros álbumes ilustrados pueden ayudarte a combatir ese cansancio. Son sin duda la mejor forma de disfrutar y hacerles disfrutar con maravillosas ilustraciones, cuentos y valores. Historias como las de Marmi y el curioso sombrero, Leo, La luna de los deseos, El pirata Mareado, Una receta para ser feliz, Pepita Sarmiento o el Señor Miedo.
Con estos libros y muchos más, podrás disfrutar y hacer disfrutar de un relato que enganche, que haga sentir y crecer a tus niños. Y eso no se consigue ni imponiendo ni liberando la lectura. Se consigue jugando y compartiendo.
A los peques les encanta jugar a imitar. Si te ven abrir un libro, pasar sus páginas o reírte con alguna frase, querrán imitarte. ¡Y ahí tienes un primer contacto y muy divertido! Pero nada cuaja si no hay una gran experiencia que deje huella. Este verano, comparte con ellos la lectura, las risas, las preguntas, las sorpresas o los sueños. Así aprenderán a amar aquello que vivieron contigo.