El proceso de beatificación del padre Arrupe comienza a escribirse. Se ha iniciado hoy en Roma en un acto muy protocolario y a la vez con enorme alegría y gratitud para la Compañía de Jesús. Representa la oportunidad esperada de reconocer la vida de una de las figuras más amadas y admiradas de la congregación. Y a la vez, es un tiempo de descubrir y compartir obra y palabra de un hombre que pasa a iluminar la iglesia. Saldrán a la luz actos de especial relevancia por su humanidad y por reflejar su amor radical al Padre. Pero también se resolverán imprecisiones. Todo para una mejor comprensión del santo, de su figura y de su doctrina, rica y abundante, fruto de su fe y de su amor. Una ceremonia presidida por el Cardenal De Donatis, vicario General de la Diócesis de Roma y responsable del expediente, acompañado de Pascual Cebollada, sj, postulador de la causa, y otros miembros de la curia romana.
La última intervención de Arrupe la denominó como un canto de cisne. ¡Por favor, sed valientes! Comenzaba la última charla de Pedro Arrupe, ofrecida en Bangok el 6 de agosto de 1981. Poco después sufriría una trombosis cerebral cuyas secuelas las padeció hasta su muerte en 1991. Os diré una cosa. No la olvidéis. ¡Orad, orad mucho! Estos problemas no se resuelven con el esfuerzo humano. Estoy diciéndoos cosas que quiero recalcar, un mensaje, quizás mi canto de cisne para la Compañía de Jesús. Últimas palabras que descubrían el nuevo apostolado naciente Servicio Jesuita al Refugiado- y desde dónde nacía: Si éste es un nuevo apostolado tenemos que ser iluminados por el Espíritu Santo. No son estas las palabras piadosas de un maestro de novicios, sino de san Ignacio, ciento por ciento. Con esta hondura compartía su esperanza y sus desvelos. Y hoy 5 de febrero, 28 años después de su muerte, continúa presente ese canto de cisne que aún resuena e inspira el proceso de su beatificación. Un tiempo de reunir todas las muestras y frutos de sus 84 años vividos con pasión y servicio a Dios y a los hombres.
Mucho escribió y mucho se ha escrito y se escribirá sobre él. Pedro Miguel Lamet en su biografía Arrupe, testigo del siglo XX, profeta del XXI, desgrana la hondura de su figura, su pasión, su compromiso. Su personalidad atractiva y cautivadora. Esta entrevista al autor sobre el libro en Iglesia en Valladolid refleja el enorme conocimiento de la figura de Arrupe.
José Antonio García, sj, ha extraido minuciosamente escritos, charlas y oraciones para desgranar su doctrina y su espiritualidad entregada. Conoce bien la figura de Arrupe, a la que describe desde la belleza particular que irradiaba su mirada, su sonrisa y su voz jovial. Y también desde su interior como así reflejan los libros Pasión por Cristo, pasión por la humanidad y Orar con el padre Arrupe. El acercamiento a Arrupe desde la Compañía continúa con Dario Mollá, sj, y el libro de la colección Manresa Pedro Arrupe, carisma ignaciano; Ángel Pérez sj con La sonrisa de Arrupe. Una biografía en imágenes; Norberto Alcover sj con Pedro Arrupe, memoria siempre viva. Ignacio Iglesias con Sentir y cumplir. Escritos ignacianos…