El jesuita Javier Leach, filósofo, teólogo y científico, se adentró en los vínculos entre la ciencia, la filosofía y la teología a través del lenguaje de las matemáticas. Se consideró privilegiado porque descubrió «un rico mundo en esta disciplina». Gracias a su comprensión y su visión, las matemáticas le permitieron aumentar su percepción de la belleza y su capacidad para encontrar armonía entre la ciencia y la fe. Con su búsqueda de similitudes y diferencias entre el lenguaje formal de la lógica y de las matemáticas; el lenguaje empírico de las ciencias; y el lenguaje metafísico-religioso de la teología y filosofía, aspiraba a su conexión y a superar sus distancias. Un lenguaje que parece que nos une a todos donde quiera que vayamos es el lenguaje de las matemáticas», una reflexión que caló en toda su obra. Hoy, tras su reciente fallecimiento (3 de agosto de 2016) a los 74 años de edad, su profunda y sabia interpretación pervive en sus discípulos, en su obra y en numerosos espacios digitales que establecen este diálogo entre ciencia y religión: Las matemáticas no sólo nos guían a través de los lenguajes de la ciencia, sino que nos llevan a hacernos preguntas acerca de una realidad mayor que llamaré realidad metafísica y que generalmente abordamos en el contexto de la filosofía y la religión.
Apostaba por no separar ciencia y religión, pues están relacionadas de manera complementaria y no simétrica, decía. Una asimetría basada en el hecho de que el conocimiento religioso necesita de la ciencia, mientras que la ciencia puede, en teoría, desarrollarse y buscar sus objetivos sin hacer referencia a la religión. Y en esta vinculación, reconocía que en la búsqueda del conocimiento de las últimas causas del mundo, hay una mirada hacia la metafísica y su particular lenguaje: ‘El hecho de que esta búsqueda continúe, muestra la existencia de una cierta consistencia sublime, desinteresada y universal en la mente humana’.
De su excepcional libro Matemáticas y Religión, Sal Terrae 2011, Alicia Montesdeoca aportaba su perspectiva en esta reseña del espacio digital Tendencias21: Creo que las ideas interesantes que ofrece este libro permiten a creyentes y no creyentes implicarse en un diálogo fecundo y que el lector tiene en él un instrumento poderoso e inspirador para la investigación futura en el campo de la ciencia y la religión. Sirvan de homenaje y de recuerdo agradecido estas palabras desde este espacio del Grupo de Comunicación Loyola que posee con orgullo su firma y goza de su legado.
CVX también mostraba su sentido agradecimiento por la vida de Javier Leach en su muro de facebook recordando las palabras del autor dedicadas a un sobrino suyo: La vida de todos nosotros tiene algo que termina y algo que permanece, pero que normalmente sólo vislumbramos. Es reconfortante encontrar algo de lo que permanece en medio de tantos cambios. Para los cristianos lo que permanece tiene que ver con la muerte y resurrección de Jesús y con el envío del Espíritu Santo.