Jesús se incorporó y le dijo:
– Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?Ella contestó:
– Nadie, señor
Jesús le dijo:– Tampoco yo te condeno. Ve y en adelante, no peques más
(Jn 8, 10-11)
Sobra decir lo difícil que le ha resultado a la mujer, por su mera condición, hacerse un sitio en igualdad en la sociedad a todos los niveles. Y, ni de lejos se ha conseguido todavía pero ya se han dado, y se siguen dando, pasos para lograrlo.
El campo de la religión no es menos. Ninguna de las mayores religiones tienen a una mujer como deidad o personificación mortal. La jerarquía de las religiones siempre ha estado dominada por hombres, y las interpretaciones de textos y símbolos siempre han excluido la perspectiva femenina. Además, muchas de las religiones en sus diferentes variantes o confesiones, prohíben a la mujer una serie de conductas que se les permite a los hombres.
La mujer en tiempos de Jesús no contaba. Difícilmente podemos hacernos una idea hoy en día de hasta qué punto la mujer sufría discriminación. En algunas religiones, sobre todo orientales, incluso se les llegaba a negar la naturaleza humana.
Para hacerles la justicia que se merecen, hemos de irnos a la fuente original, al Maestro , a Jesús. Vino a salvar a TODOS, hombres y mujeres. Nadie quedaba fuera. La mujer, menos. Jesús puso en ella toda su confianza y son muchos los pasajes bíblicos que así lo atestiguan; uno, es el que abre esta reflexión.
En el Grupo de Comunicación Loyola se ha tratado por igual a todos nuestros autores, hombres o mujeres. La única condición es tener algo interesante que aportar para colaborar en nuestra labor de servicio de la fe y promoción de la justicia. El resultado han sido libros que han aportado una visión fresca y actualizada que enriquece a todos. Algunos ejemplos son: Mujeres de Dios, Mujeres Ignacianas, Las mujeres en el Cristianismo, Mujeres en el siglo XXI; por no mencionar a las imuchas autoras que forman parte de nuestro fondo editorial y que han ayudado a dar luz al diálogo entre fe y razón en muchos casos.
Sirva esta reflexión para expresar nuestro agradecimiento al trabajo de todas ellas. Auténticas agentes sociales de transformación en los campos de trabajo de cada una de ellas.