Hace justo 5 meses, en su viaje a Perú, el Papa Francisco pidió a la Iglesia Católica un esfuerzo muy especial para recuperar y poner en valor el ejemplo misionero del jesuita Alonso de Barzana uno de los grandes discípulos de San Juan de Ávila-, que en la segunda mitad del siglo XVI, evangelizó los territorios más inhóspitos de lo que entonces era el Virreinato de Perú (Perú, Bolivia, Paraguay y Argentina).
Barzana llevó la palabra de Jesús a través del acercamiento y el diálogo con las culturas indígenas. Recorrió miles de kilómetros, convivió con decenas de tribus y llegó a dominar hasta 11 lenguas indias. Toda esta labor misionera de más de 30 años llena de dificultades naturales y humanas-, es para Bergoglio un ejemplo muy claro del modo de proceder evangélico a la hora de interactuar con otras culturas. Por ello, Barzana es según Francisco, lo que san Francisco Javier fue en Asia: un grandísimo apóstol de Jesús.
Ahora, el Papa ha reconocido el gran esfuerzo de Wenceslao Soto Artuñedo SJ, a la hora de resucitar la memoria y palabras de Alonso de Barzana con su libro Alonso de Barzana. El Javier de las Indias Occidentales.
En una carta de agradecimiento al autor, el Papa destaca el testimonio misionero de Barzana como un ejemplo de santidad que tiene mucho que enseñarnos hoy en día: una vida de compromiso con Dios para construir un mundo más justo y cercano a Dios.
¿Estamos a las puertas de un nuevo gran santo para la Iglesia, para América y la Compañía de Jesús? ¡Todo parece ser que sí!
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