¿Hay algo de Dios, y por tanto bueno, que pueda esperarse de la desolación? La desolación puede mirarse con exactitud como un guiño de Dios a la persona espiritual: ¡Eh, que estoy aquí, no creas estar solo!
La Compañía de Jesús se despide de un jesuita de corazón, Antonio T. Guillén Paredes. Profundo conocedor y gran experto de los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, Timo, como así lo llamaban, escribía sobre la espiritualidad ignaciana como humilde ejercitante y como experimentado ejercitador de innumerables tandas. Una experiencia que le llevó a la dirección de la revista Manresa en el año 2013 hasta la actualidad. Seis años dirigiendo una publicación cuya misión es descubrir para el día de hoy un legado de varios siglos de vida y que él supo exprimir al máximo. Redescubría los dones de los Ejercicios Espirituales como autor de numerosos artículos, desgranando de manera original y novedosa cada paso, desde el entender y desde el profundo sentir de esa espiritualidad inspiradora. Sin ir más lejos, la revista de septiembre Otras espirituales operaciones [Ej 1] contiene en la sección de Ayudas para dar Ejercicios, su artículo El sentido pastoral de las reglas para ordenarse en el comer, dedicado a un texto perdido, dando un paso más de examen y discernimiento de las reglas».
Una inesperada enfermedad se ha llevado a los brazos del Padre a este valenciano de 76 años recién cumplidos, 56 en la Compañía de Jesús. Veruela, Aranjuez, Loyola, Pullach, Madrid, Alicante, Valencia, Fontilles, Salamanca y Cuba son testigos de su capacidad de profundizar en los Ejercicios Espirituales, dejando agradecidos discípulos por cada uno de estos rincones por donde ejerció su vocación. También el Grupo de Comunicación Loyola tiene mucho que agradecer al filósofo, teólogo y licenciado en Ciencias Económicas. Porque además de dar y dirigir los Ejercicios Espirituales, supo transmitir en el libro Ayudar y aprovechar a otros muchos sus sabios consejos y una mirada renovada del texto fundacional. Timo se distinguió por su hondura y riqueza espiritual, lograda a través de la oración. Sus lecciones rebosaban de un claro análisis, de respeto al otro que se deja guiar por los Ejercicios Espirituales y de un sentimiento hondo de gratitud y de amor hacia el Otro. Para él, la luz irradiada por los EE guiaba infinitos caminos como el de Ignacio de Loyola, si bien, cada uno estaba llamado a recorrer su propio trayecto, «diferenciado hacia Dios, único e irrepetible». Ahora es él quien ha emprendido el viaje eterno.
Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol
y un camino virgen
Dios.
León Felipe