Los comentarios del decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Francisco José Ruiz Pérez (Santa Cruz de La Palma, 1961), iluminarán el Evangelio Diario en la Compañía de Jesús 2024 de Mensajero. El jesuita toma el relevo a la escritora Margarita Saldaña quien comparte sus mociones y reflexiones de este 2023 que inicia su recta final. Comenta Francisco José (Paco Pepe entre sus allegados) que el comienzo de año «lo asociamos al intento de reponer la cuenta de nuestros deseos como si partieran de cero. El uno de enero «estrenamos» tiempo». Y podría añadir a estos estrenos también la nueva mirada al Evangelio, la suya. Licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia Comillas y doctor en Teología Dogmática (Sankt Georgen Hochschule, Frankfurt), su ministerio le ha llevado a ocupar puestos de responsabilidad como provincial de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús (de 2004 a 2010) y después asumió la de provincial de España para llevar adelante el proceso de unificación que finalizó en 2014. Ese mismo año fue nombrado provincial de la nueva provincia de España hasta 2017. Ahora a cargo de de la Facultad también es un fiel mensajero de la Buena Noticia cada lunes. Porque con breves mensajes de whatsapp vibra el evangelio y los mensajes inspiradores para comenzar la semana con otra mirada… para ¡caer en la cuenta de que somos!
¿Qué ha significado para usted escribir los comentarios del Evangelio Diario 2024?
Ha sido como trabajar en un taller pequeño, intentando extraer dosis de luz del Evangelio para cada día e inocularla en la vida… O como pintar miniaturas, colgándolas en la pared del alma… En cualquier caso, el Evangelio diario 2024 es el fruto de mucha paciencia y de cierto atrevimiento.
¿Cuánto tiempo lleva este trabajo encargado por el Grupo de Comunicación Loyola para su publicación?
El periodo más intenso fue el inmediato a la entrega del texto definitivo, un año prácticamente. Pero muchos comentarios proceden de antes y los pude pulir y reformular con más calma desde hace dos años y medio. Usé momentos tranquilos de cuarto, pero hay no pocos comentarios que nacieron en los aeropuertos y en el balanceo de los autobuses.
Existe un vínculo estrecho entre tus comentarios semanales, esos que llegan por whatsapp e inspiran a la luz del Evangelio la semana que comienza. ¿Han interferido esos mensajes en la escritura de los comentarios?
El Evangelio diario 2024 conecta bastante con los pequeños textos que envío por whatsapp las mañanas de los lunes a quienes me los han solicitado. Pero debe mucho más a los comentarios del Evangelio de los sábados que hago en el programa Aclarando el día, de ECCA. La verdad es que unos textos y otros, a pesar de su formato diferente, responden a un estilo común, bastante alejado del que empleamos en los libros de teología. Y, sin embargo, diría que cada uno de ellos pretende ser un botón de teología mínima, de bolsillo, suficiente como para abrir la mirada hacia lo trascendente y, si pudiera ser, hacia el Transcendente.
– ¿Cómo integrabas esta tarea en tu trabajo cotidiano o en tu vida?
El Evangelio diario 2024 para mí ha sido la demostración de que hay tiempo para lo importante incluso en medio de la necesidad de atender a muchas tareas… Otra cosa es cómo arañar ese tiempo al frenesí de la agenda. Me obligué a no dejar pasar ideas que me parecían sugerentes y las anotaba en donde podía… Ha sido un modo de concretar, muy limitadamente por mi parte, aquello ignaciano de ser contemplativo en la acción.
– ¿Qué objetivos te marcabas cuando comenzaste a escribirlos?
A mi entender, cada trozo del Evangelio está lleno de detalles por ser un texto escrito e inspirado. Lo que pretendí con los comentarios fue dar la posibilidad de asumir una perspectiva que permitiera ver esos detalles especialmente llamativos. Y llamativos no sólo por lo que decían de Dios, sino igualmente por lo que decían del ser humano. El Evangelio opera desde el principio de la Encarnación: no puede dejar de afirmar algo de nosotros, mientras, a la vez, afirma algo de Dios.
¿Existe algún pasaje evangélico por el que sienta cierta predilección?
Siempre me hubiera gustado estar presente en la escena de la mujer sorprendida en adulterio, a punto de ser linchada por la hipocresía que la quería condenar, finalmente salvada por Jesús (cf. Jn 5,53-8,11). Lo que allí pasó es la escenificación de esa frontera que atraviesa el corazón: la que separa las lógicas humanas inmisericordes de la lógica divina del perdón. Aquella mujer la cruzó. Y tuvo que ser fascinante cuanto sentiría por dentro.
El Evangelio es el núcleo de este texto, pero, ¿de qué otras fuentes se inspira? ¿De qué manera la realidad, su vida concreta, puede transformar la lectura universal a la que invita?
Desde hace años estoy convencido de que la fuente más fidedigna para comentar el Evangelio es la experiencia personal y comunitaria de Dios. La teología va detrás de esa experiencia y la pretende nombrar y describir. Pero viene después, no antes. Con mucha diferencia, esa experiencia personal y comunitaria, conocida en mi caso a través de los ministerios hechos en la Compañía de Jesús, ha sido mi fuente principal de consulta.
Escribir sus comentarios es escribir un libro lleno de mensajes para interpretar la Buena Noticia…, ¿qué diría que aporta de nuevo?
Sinceramente, creo que no aporto nada nuevo. Me quedaría muy satisfecho si los comentarios ayudaran a acercarnos al Evangelio y a su significación para hoy. Este hoy, aparentemente tan reacio a abrir espacios y tiempos para Dios, necesita cargas de profundidad. Y este Evangelio diario 2024 se suma a muchos esfuerzos en esa dirección.