Educar en pleno siglo XXI sigue siendo un reto tremendamente complejo. Y conviene que como padres -y por tanto, como educadores-, no nos engañemos. Todo comienza en casa. Pero… ¿quién nos prepara para esta tarea? Desde luego no se nace con ella. ¿Qué hacemos cuando la vida de nuestros hijos nos plantea preguntas o situaciones complejas para las que no tenemos respuestas o que no sabemos entender? La educación de nuestros hijos presenta caminos y etapas sombrías, llenas de dudas y miedos. Para ellos -nuestros hijos- y quizá aún más para nosotros, los padres.
Hay dificultades, sí. Pero no todos reaccionamos igual. Buena parte de las madres y padres, quieren ser una referencia clave para sus hijos. Y entienden que este pilar soporta un peso compartido con los centros educativos, los amigos y, ahora especialmente, con las redes sociales. También los hay que no se ven capacitados. Están los que dejan esa responsabilidad en manos de la propia vida, bajo la convicción de que en realidad lo importante es que sus hijos sean felices en cualquier momento y que les quieran… -¡Ya aprenderán con el tiempo!-, piensan. Y hay quienes se responsabilizan tanto, que se acaban bloqueando ante las primeras dificultades.
Este libro de Fernando de la Puente está dirigido a esos padres o madres que entienden su responsabilidad educativa como la misión más ilusionante de sus vidas: la de transmitir valores y ayudar a crecer, sabiendo lidiar con aciertos, errores, esperas y aprendizajes. Y de eso nuestro autor conoce casi todos los aspectos. Treinta años formando y ayudando a centenares de padres le avalan. Especialmente por sus encuentros personales, grupales y su participación en las famosas Escuelas de Padres, de las que Fernando de la Puente ha sido uno de los grandes impulsores.
Este libro puede ser de enorme ayuda y una guía estupenda para esta apasionante responsabilidad de educar en casa. Lo que Fernando de la Puente nos presenta es una síntesis de muchas de las charlas, diálogos y temas que ha ido tratando a lo largo de los años. Lo que nos ofrece es que podamos descubrir nuestro propio proyecto educativo familiar. Y para ello, nos ayudará a encontrar un horizonte educativo y a establecer unas estrategias claras y precisas para las distintas etapas de la educación de nuestros hijos. Cómo él mismo escribe:
«Un horizonte humano hacia el que los hijos van a caminar como personas, no como robots. Y unas estrategias que les faciliten los comportamientos y actitudes adecuadas para avanzar hacia ese horizonte».
Un libro sencillo, lleno de profundidad, amor por la educación y una verdadera sinceridad. Un libro para confiar y atreverse, de verdad, a educar en la familia.