Una nueva exhortación apostólica del papa Francisco que la editorial Mensajero publica: Laudate Deum (Alaben a Dios). El documento ve la luz este 4 de octubre, día de san Francisco de Asís y arranca con la invitación del santo que da nombre a la carta: «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Francisco recupera el mensaje contenido en la encíclica verde de 2015, Laudato Sí´ a través de un llamamiento más enérgico y urgente al cambio de paradigma que frene el cambio climático.
La principal motivación es la ausencia de reacciones suficientes que cabían esperar a raíz de la encíclica verde hace ochos años. «Mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre», advierte de este inmovilismo. Habla de negación, ridiculización del término ‘cambio climático’ o del descarte de que se trata de un fenómeno de origen humano, «antrópico». A partir de esta realidad, «de la que ya no se puede dudar», identifica los intereses económicos y políticos como los causantes de perpetuar un modelo insostenible de desarrollo. Condena la desinformación difundida en medios de comunicación y redes sociales, que socava los esfuerzos para abordar la crisis de manera efectiva. Y señala que la mentalidad de buscar ganancias inmediatas está desviando la atención de la acción climática necesaria para garantizar un futuro sostenible.
La industrialización desmedida y la deforestación son causas fundamentales del cambio climático. Y en este sentido es taxativo en la necesidad inmediata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero invitando a los líderes mundiales, la comunidad científica y la sociedad a que adopten medidas urgentes y colaboren en la transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible.
Una vez más, el Papa cuestiona el paradigma tecnocrático ya planteado en Laudato Si´ ahora retroalimentado monstruosamente por la inteligencia artificial y los avances tecnológicos. Todo ello contribuye a la ideología obsesiva de acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, «frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio».
Advierte de la debilidad de la política internacional, por su falta de autoridad en la toma de decisiones que busquen el bien global y de un multilateralismo real. Por ello pide un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones para reconfigurar el multilateralismo, «teniendo en cuenta que no servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos».
Cuando solo faltan dos meses para la celebración de Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año (COP28) de Dubai (30 de noviembre-12 de diciembre) la exhortación Laudate Deum aprovecha para calificarla como «momento crítico». Francisco pide convertir la COP28 en un encuentro histórico, que honre y ennoblezca como seres humanos. «Sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente»
Las motivaciones espirituales: La fe como guía
Finalmente, Francisco incorpora un componente espiritual, instando a la comunidad global a ver la crisis climática no solo como un desafío técnico o político, sino también como una crisis moral y espiritual. Invoca principios bíblicos y teológicos para abogar por un sentido más profundo de la responsabilidad y la custodia de la Tierra como creación divina.
Esta carta dará muchos argumentos para continuar en esta tarea de concienciación y búsqueda del bien común.