¿Eres de los que viven intensamente el mundo de las cofradías? ¿O eres de los que sin ser cofrade observan en la calle el desfilar de las procesiones pensando que se trata solo de folclore y patrimonio cultural?
Con las cofradías, como con tantos otros aspectos de la cultura y de la sociedad, se produce una curiosa polarización. Están quienes se muestran incondicionales, y quienes las miran con una distancia que va desde la indiferencia al rechazo. Sin embargo, la realidad es que, pese a la creciente secularización, el mundo cofrade experimenta, en las últimas décadas, una vitalidad y un auge que lo convierte en el mayor movimiento asociativo de cuantos hay en nuestro país.
En ese mundo se mezclan religión, cultura, tradición, costumbre, familia, y a menudo conviven maneras muy distintas de vivir los momentos centrales de la vida cofrade. Tras las imágenes de los titulares, pasos y tronos, capirotes y túnicas, «levantás», cirios y música procesional, el mundo cofrade atesora una maravillosa riqueza espiritual.
Cuidada con pasión y mimo hasta el más mínimo detalle por los «hermanos y hermanas», esta tradición espiritual también es muy desconocida para muchos profanos. Y es en esa mezcla de valores, donde se vive una fe popular que hermana a quienes ya de por sí viven y sienten la compañía de Dios de formas diferentes en su día a día. Una fe reconciliadora. Capaz de seguir relatando una historia de amor, esperanza y justicia, que aún conmueve a quienes en la calle silenciosamente más lo necesitan.
En La procesión va por dentro, su autor, Daniel Cuesta SJ, consigue dirigirse al mismo tiempo a cofrades y a no cofrades, a partidarios y a detractores. A los primeros, para invitarles a examinar la vivencia profunda y religiosa que debería estar en el corazón de su pertenencia. A los segundos, para que no se queden en estereotipos. Y que puedan llegar a comprender la espiritualidad propia que alienta y alimenta la fe de muchos cofrades.
Apoyándose en una diversidad de testimonios y vivencias, este libro desarrolla las claves fundamentales de la espiritualidad cofrade: la vivencia comunitaria, la veneración de las imágenes y la procesión. Una fantástica guía para adentrarse en el auténtico motor de la vida cofrade. El fin en sí mismo. Lo que da sentido a cualquier devoción y procesión.
La auténtica fe que procesiona cada día dentro del alma del cofrade.