La revista trimestral Homilética, que proporciona a sacerdotes y equipos de liturgia recursos para la celebración de la eucaristía dominical, ha incorporado una nueva sección: La vida de la parroquia. Se trata de un espacio creado para integrar la vida parroquial en la celebración “del día del Señor”. La nueva sección llega con el número Adviento-Navidad 2023: “La asamblea eucarística dominical no puede concebirse, en el ámbito parroquial, sin hacer referencia a la vida entera de la parroquia, cuya vitalidad converge precisamente en el momento en que la comunidad entera, dispersa entre semana, celebra “el día del Señor”, explica el director en la introducción (aquí), José Luis Saborido SJ.
Cada revista dedicará ese espacio para reflejar “el modo de que todo ello cobre fuerza de unidad, de vida y de historia, en la mesa de la Palabra y de la Comunión”. En esta primera edición de Adviento, Severino Lázaro SJ comparte la pastoral en torno a la “operación kilo”: para que la comunidad parroquial salga al encuentro de ese Dios que viene en los más emprobrecidos. “Qué podemos hacer como comunidad cristiana?”, se pregunta el autor. “Ni eucaristía separada de la vida, ni vida separada de la eucaristía. Lo que la eucaristía prefigura y actualiza, que es la donación total de Jesús, quiere ser una palanca transformadora de nuestra vida y nuestro mundo. “Considera lo que realizas e imita lo que conmemoras”, se dice a los sacerdotes el día de la ordenación, y puede decirse a toda comunidad cristiana que celebra la eucaristía”. La propuesta de Seve puedes leerla aquí.
En la edición Adviento-Navidad de Homilética, desde Italia, Caterina Ciriello, profesora de Teología Espiritual en la Urbaniana de Roma, abre el panorama de una espiritualidad para este tiempo. Antonio Alcalde, músico especialista en liturgia, sugiere canciones para cada domingo y una partitura para la “mesa del pan de la vida”. Javier Prat nos ofrece una “portada” gráfica para la hoja que pueda repartirse en la Eucaristía con sus lecturas y oraciones. Los comentarios bíblicos, las sugerencias para la homilía (Antonio Alcedo, Mª Luisa Berzosa, Junkal Guevara, etc. se complementan con una serie de recursos en torno a la idea de una Iglesia sinodal, profeta de esperanza: una motivación, un símbolo o imagen, un texto del “Instrumentum laboris” del Sínodo, unas preguntas para la reflexión personal o comunitaria y una oración por la Iglesia.
Finalmente, como todo el año, brinda materiales para la “misa familiar” desde la imagen del jardín del mundo en el que Jesús quiere nacer todos los días (Soco Díaz, Juan Antonio Pérez Andrés, Alberto Pérez Pastor, S.J., y Asun Vitores) . Y una última página de formación litúrgica a cargo de Antonio Alcalde.
Una nueva exhortación apostólica del papa Francisco que la editorial Mensajero publica: Laudate Deum (Alaben a Dios). El documento ve la luz este 4 de octubre, día de san Francisco de Asís y arranca con la invitación del santo que da nombre a la carta: «Alaben a Dios por todas sus criaturas». Francisco recupera el mensaje contenido en la encíclica verde de 2015, Laudato Sí´ a través de un llamamiento más enérgico y urgente al cambio de paradigma que frene el cambio climático.
La principal motivación es la ausencia de reacciones suficientes que cabían esperar a raíz de la encíclica verde hace ochos años. «Mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre», advierte de este inmovilismo. Habla de negación, ridiculización del término ‘cambio climático’ o del descarte de que se trata de un fenómeno de origen humano, «antrópico». A partir de esta realidad, «de la que ya no se puede dudar», identifica los intereses económicos y políticos como los causantes de perpetuar un modelo insostenible de desarrollo. Condena la desinformación difundida en medios de comunicación y redes sociales, que socava los esfuerzos para abordar la crisis de manera efectiva. Y señala que la mentalidad de buscar ganancias inmediatas está desviando la atención de la acción climática necesaria para garantizar un futuro sostenible.
La industrialización desmedida y la deforestación son causas fundamentales del cambio climático. Y en este sentido es taxativo en la necesidad inmediata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero invitando a los líderes mundiales, la comunidad científica y la sociedad a que adopten medidas urgentes y colaboren en la transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible.
Una vez más, el Papa cuestiona el paradigma tecnocrático ya planteado en Laudato Si´ ahora retroalimentado monstruosamente por la inteligencia artificial y los avances tecnológicos. Todo ello contribuye a la ideología obsesiva de acrecentar el poder humano más allá de lo imaginable, «frente al cual la realidad no humana es un mero recurso a su servicio».
Advierte de la debilidad de la política internacional, por su falta de autoridad en la toma de decisiones que busquen el bien global y de un multilateralismo real. Por ello pide un nuevo procedimiento de toma de decisiones y de legitimación de esas decisiones para reconfigurar el multilateralismo, «teniendo en cuenta que no servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos».
Cuando solo faltan dos meses para la celebración de Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de este año (COP28) de Dubai (30 de noviembre-12 de diciembre) la exhortación Laudate Deum aprovecha para calificarla como «momento crítico». Francisco pide convertir la COP28 en un encuentro histórico, que honre y ennoblezca como seres humanos. «Sólo cabe esperar formas vinculantes de transición energética que tengan tres características: que sean eficientes, que sean obligatorias y que se puedan monitorear fácilmente»
Las motivaciones espirituales: La fe como guía
Finalmente, Francisco incorpora un componente espiritual, instando a la comunidad global a ver la crisis climática no solo como un desafío técnico o político, sino también como una crisis moral y espiritual. Invoca principios bíblicos y teológicos para abogar por un sentido más profundo de la responsabilidad y la custodia de la Tierra como creación divina.
Esta carta dará muchos argumentos para continuar en esta tarea de concienciación y búsqueda del bien común.
Los comentarios del decano de la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Francisco José Ruiz Pérez (Santa Cruz de La Palma, 1961), iluminarán el Evangelio Diario en la Compañía de Jesús 2024 de Mensajero. El jesuita toma el relevo a la escritora Margarita Saldaña quien comparte sus mociones y reflexiones de este 2023 que inicia su recta final. Comenta Francisco José (Paco Pepe entre sus allegados) que el comienzo de año «lo asociamos al intento de reponer la cuenta de nuestros deseos como si partieran de cero. El uno de enero «estrenamos» tiempo». Y podría añadir a estos estrenos también la nueva mirada al Evangelio, la suya. Licenciado en Filosofía por la Universidad Pontificia Comillas y doctor en Teología Dogmática (Sankt Georgen Hochschule, Frankfurt), su ministerio le ha llevado a ocupar puestos de responsabilidad como provincial de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús (de 2004 a 2010) y después asumió la de provincial de España para llevar adelante el proceso de unificación que finalizó en 2014. Ese mismo año fue nombrado provincial de la nueva provincia de España hasta 2017. Ahora a cargo de de la Facultad también es un fiel mensajero de la Buena Noticia cada lunes. Porque con breves mensajes de whatsapp vibra el evangelio y los mensajes inspiradores para comenzar la semana con otra mirada… para ¡caer en la cuenta de que somos!
¿Qué ha significado para usted escribir los comentarios del Evangelio Diario 2024?
Ha sido como trabajar en un taller pequeño, intentando extraer dosis de luz del Evangelio para cada día e inocularla en la vida… O como pintar miniaturas, colgándolas en la pared del alma… En cualquier caso, el Evangelio diario 2024 es el fruto de mucha paciencia y de cierto atrevimiento.
¿Cuánto tiempo lleva este trabajo encargado por el Grupo de Comunicación Loyola para su publicación?
El periodo más intenso fue el inmediato a la entrega del texto definitivo, un año prácticamente. Pero muchos comentarios proceden de antes y los pude pulir y reformular con más calma desde hace dos años y medio. Usé momentos tranquilos de cuarto, pero hay no pocos comentarios que nacieron en los aeropuertos y en el balanceo de los autobuses.
Existe un vínculo estrecho entre tus comentarios semanales, esos que llegan por whatsapp e inspiran a la luz del Evangelio la semana que comienza. ¿Han interferido esos mensajes en la escritura de los comentarios?
El Evangelio diario 2024 conecta bastante con los pequeños textos que envío por whatsapp las mañanas de los lunes a quienes me los han solicitado. Pero debe mucho más a los comentarios del Evangelio de los sábados que hago en el programa Aclarando el día, de ECCA. La verdad es que unos textos y otros, a pesar de su formato diferente, responden a un estilo común, bastante alejado del que empleamos en los libros de teología. Y, sin embargo, diría que cada uno de ellos pretende ser un botón de teología mínima, de bolsillo, suficiente como para abrir la mirada hacia lo trascendente y, si pudiera ser, hacia el Transcendente.
– ¿Cómo integrabas esta tarea en tu trabajo cotidiano o en tu vida?
El Evangelio diario 2024 para mí ha sido la demostración de que hay tiempo para lo importante incluso en medio de la necesidad de atender a muchas tareas… Otra cosa es cómo arañar ese tiempo al frenesí de la agenda. Me obligué a no dejar pasar ideas que me parecían sugerentes y las anotaba en donde podía… Ha sido un modo de concretar, muy limitadamente por mi parte, aquello ignaciano de ser contemplativo en la acción.
– ¿Qué objetivos te marcabas cuando comenzaste a escribirlos?
A mi entender, cada trozo del Evangelio está lleno de detalles por ser un texto escrito e inspirado. Lo que pretendí con los comentarios fue dar la posibilidad de asumir una perspectiva que permitiera ver esos detalles especialmente llamativos. Y llamativos no sólo por lo que decían de Dios, sino igualmente por lo que decían del ser humano. El Evangelio opera desde el principio de la Encarnación: no puede dejar de afirmar algo de nosotros, mientras, a la vez, afirma algo de Dios.
¿Existe algún pasaje evangélico por el que sienta cierta predilección?
Siempre me hubiera gustado estar presente en la escena de la mujer sorprendida en adulterio, a punto de ser linchada por la hipocresía que la quería condenar, finalmente salvada por Jesús (cf. Jn 5,53-8,11). Lo que allí pasó es la escenificación de esa frontera que atraviesa el corazón: la que separa las lógicas humanas inmisericordes de la lógica divina del perdón. Aquella mujer la cruzó. Y tuvo que ser fascinante cuanto sentiría por dentro.
El Evangelio es el núcleo de este texto, pero, ¿de qué otras fuentes se inspira? ¿De qué manera la realidad, su vida concreta, puede transformar la lectura universal a la que invita?
Desde hace años estoy convencido de que la fuente más fidedigna para comentar el Evangelio es la experiencia personal y comunitaria de Dios. La teología va detrás de esa experiencia y la pretende nombrar y describir. Pero viene después, no antes. Con mucha diferencia, esa experiencia personal y comunitaria, conocida en mi caso a través de los ministerios hechos en la Compañía de Jesús, ha sido mi fuente principal de consulta.
Escribir sus comentarios es escribir un libro lleno de mensajes para interpretar la Buena Noticia…, ¿qué diría que aporta de nuevo?
Sinceramente, creo que no aporto nada nuevo. Me quedaría muy satisfecho si los comentarios ayudaran a acercarnos al Evangelio y a su significación para hoy. Este hoy, aparentemente tan reacio a abrir espacios y tiempos para Dios, necesita cargas de profundidad. Y este Evangelio diario 2024 se suma a muchos esfuerzos en esa dirección.
“En su magisterio se descubren entrelazadas diversas claves de acceso a la comprensión del misterio de la Iglesia, que tejen una eclesiología con raíces históricas, ignaciana, misionera, contemporánea, alentada por el Concilio Vaticano II, ecuménica y romana, constituyendo una suerte de mistagogía eclesial ignaciana”. Con esta palabras, el papa Francisco escribía con cariño el perfil de Santiago Madrigal SJ en su último libro Non Omnis Moriar . De alguna manera, el Grupo de Comunicación Loyola se suma a sus palabras como homenaje al querido jesuita, fallecido en la noche del 7 de septiembre a los 63 años de edad, y recordar sus obras atesoradas. “Agradezco al padre Madrigal el servicio intelectual a ‘nuestra sancta madre Iglesia hierárchica’ (Ej 353), eje de su teología y de su fe personal, como verdadero hijo de Ignacio de Loyola”, concluye el Papa. Gratitud que también expresa la editorial jesuita como poseedora de parte de su legado.
Las palabras de Francisco dedicadas a Santiago Madrigal responden a largas y profundas reflexiones que el propio Madrigal dedicó al Papa y su pontficado a lo largo de sus trabajos, en especial en su último libro publicado por esta editorial en 2020: De pirámides y poliedros. Señas de identidad del pontificado de Francisco Este tratado auna su profundo conocimiento de las claves del Concilio Vaticano II con el mensaje propio y personal de Francisco: «Como si nuestra historia reciente no pudiera producir sus propios santos, con su propia singularidad, con su propia idiosincrasia, aun cuando se sitúe muy conscientemente en la huella de la renovación iniciada por el Concilio Vaticano II».
Desde 2002 comenzó a publicar para Sal Terrae sobre esa huella profunda del Vaticano II. Decubrió en la iglesia de hoy, en sus creyentes y sabios pensadores, el fruto de las deliberaciones conciliares. Con el tiempo, él mismo se convirtió en uno de los grandes expertos en reconcer dentro de la iglesia la innovación y la tradición postconciliar de sus pastores. Santiago Madrigal (La Rioja, 1960- Madrid, 2023) fue jesuita durante 44 años de sus 63 años de vida. Su historia en la Compañía transcurre fundamentalmente en Madrid desde 1995, año en el que comienza a impartir clase de Teología Sistemática en la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas. En este centro de estudio teológico desarrolló su vocación desgranando las claves de una iglesia transformada y renovada a la luz del Concilio Vaticano II. Dedicado a la docencia en la Teología Sistemática hasta 2023, compaginó las clases con otras responsabilidades como el decanato de la Facultad (2003-2009) y la proyección intelectual de sus investigaciones y análisis, ocho de ellos publicados por la editorial Sal Terrae. En su último libro publicado por la Biblioteca Comillas escribe: «No moriré del todo, algo de mí permanecerá, porque hay algo en la criatura humana que es inmortal, como la justicia o el amor, que son capaces de romper las cadenas de la parca”. Y compartiendo su feliz esperanza cristiana en la resurrección, recordamos los títulos de sus libros que dotan a esta editorial de un pensamiento que la hace más rica y viva para futuras generaciones.
Vaticano II: Remembranza y actualización. Esquemas para una eclesiología. 2002
Karl Rahner y Joseph Ratzinger. Tras las huellas del concilio 2007
Iglesia es Caritas. La eclesiología teológica de Joseph Ratzinger – Benedicto XVI 2008
Tiempo de Concilio. El Vaticano II en los Diarios de Yves Congar y Henri de Lubac 2009
Tríptico conciliar. Relato – misterio – espíritu del Vaticano II 2012
No apaguéis el Espíritu. Dos evocaciones del Concilio 2015
El giro eclesiológico en la recepción del Vaticano II 2017
De pirámides y poliedros. Señas de identidad del pontificado de Francisco 2020
La revista Sal Terrae lleva más de 100 años ofreciendo un contenido teológico pastoral de enorme valor. Es un referente editorial al que muchos buscadores se asoman con el fin de crecer en hondura y entrar en diálogo con la realidad inquietante en clave creyente. Así es desde 1912. Cada director ha dejado su impronta en esta misión, siempre acompañado del consejo de redacción que tanto inspira esta revista. Después de casi 10 años, Jose Ramón Busto SJ entrega el testigo a Pablo Guerrero SJ. Con su último número, marzo 2023, La devoción a los santos, ha cerrado una etapa editorial compaginada con su labor docente en la Universidad Pontificia Comillas de Exégesis del Antiguo Testamento y de Teología Bíblica. En 2021 recibió el premio Carisma de Formación y Espiritualidad de la CONFER.
Su sucesor, Pablo Guerrero, también profesor de la Universidad Pontificia Comillas, aporta a la nueva andadura su experiencia en pastoral de la familia y en Teología Pastoral. Dos vocaciones muy estudiadas y vividas de las que dan fe muchos artículos y libros de ambas temáticas. Ahí está, entre otros, Mucho más que dos. Acercamiento pastoral a la pareja y la familia, el libro publicado por Sal Terrae en 2016 donde aterriza la encíclica del Papa Amoris Laetitia a través de su experiencia. Y su vocación teológica pastoral cobra valor cuando la primera revista firmada por él como director, abril 2023, lleva precisamente a las entrañas de la Teología Pastoral en la actualidad. Un número de referencia para ahondar en qué se entiende por aquello que inspira a la revista Sal Terrae. En su artículo Teología Pastoral: idea, palabra y acción, de 2012, así la definió: «Es reflexión teológica sobre la acción eclesial. Es la misma Iglesia que ve, juzga y actúa en la construcción del Reino de Dios», escribió.
Ante esta definición, la revista Sal Terrae se ha ido adaptando para sobrevivir al paso del tiempo. Ha escuchado las necesidades de cada tiempo, «presentando una pastoral donde el fondo y el estilo sean oferta de diálogo, acogida y búsqueda de nuevos horizontes desde un sentido evangélico que busca a los alejados y trata de verter su mensaje en los odres de la cultura de hoy». Ese es el horizonte que se dibuja para el nuevo director.
Quizás sería interesante conocer cómo afrontas la dirección de Sal Terrae, revista en la que también has firmado artículos en diversas ocasiones.
Afronto la dirección de Sal Terrae como un servicio que me pide la Compañía de Jesús, y lo hago agradecido por la confianza que se deposita en mí. De alguna manera, puedo decirte que me siento en casa puesto que se trata de una revista con la que he crecido, que me ha ayudado mucho en mi camino profesional, vocacional y personal (en la medida en que puedan separarse estos tres ámbitos). Ha alimentado mi vida interior, me ha ayudado a mirar el mundo, la iglesia, la familia, etc.
Como dices, he escrito varios artículos en la revista, casi siempre en el ámbito de la pastoral aplicada, principalmente con el tema de la familia y de la pareja.
Asumo la dirección con tranquilidad puesto que el trabajo de los equipos anteriores ha dejado una revista consolidada, de calidad, con prestigio y con vocación de futuro. Cuento con un excelente consejo de redacción que asegura tanto la continuidad en la tradición recibida como la adaptabilidad a los nuevos tiempos y desafíos.
Como director, cuáles son para ti los principales retos a los que te enfrentas en esta tarea. Y ¿cuáles son los retos de la propia revista?
El reto fundamental es continuar respondiendo a la vocación de nuestra revista, que siga siendo una buena revista de Teología pastoral. Es decir, una revista que sea torre de observación, laboratorio de análisis, aula de debate y casa de acogida. Y dentro de esta vocación, valorar y promover la pluralidad en la iglesia.
Un reto que también tiene una importancia sustantiva, es el de acercarnos a las situaciones difíciles y dolorosas de nuestros contemporáneos y ser capaces de tener una palabra evangélica, es decir de comprensión, acogida, ternura y respeto.
Otros retos serían: mantener y aumentar el número de suscriptores, dar a conocer la revista a nuevos públicos, mejorar nuestra presencia en las redes, etc.
La iglesia «sufre» de déficit de vocaciones jóvenes y de compromiso creyente… me figuro que influye de alguna manera a la revista, ¿de qué manera? ¿Menos autores, menos lectores, menos interrogantes?
Parece que la “palabra escrita” tiene más dificultades de llegar hoy a las nuevas generaciones. Leer artículos de 10-12 páginas para más de uno de nuestros contemporáneos parece una tarea difícil. Nuestra revista ha tenido siempre una vocación de lo que podríamos llamar “alta divulgación”, es decir, en ser capaces de traducir, en clave evangélica, para el “gran público” las grandes preguntas del ser humano en el mundo en el que nos toca vivir.
Evidentemente, si queremos captar a un público más joven debemos estar atentos a nuevos lenguajes, a nuevas preguntas, a nuevas sensibilidades…
Respecto a nuestros autores, creo que tenemos el privilegio de contar en nuestro país y en Latinoamérica con toda una red de universidades jesuitas que nos proporcionan un repertorio de autores de gran calidad, de orientaciones plurales, con los pies en el suelo, y de reconocido amor concreto y real a la iglesia. Junto a estas universidades, también contamos con profesionales de otras instituciones tanto eclesiales como civiles que colaboran con nosotros. Creo que la diversidad y la pluralidad son también reconocidas características de nuestra revista.
Sal Terrae una revista centenaria para el siglo XXI. ¿cómo trazar ese camino para jóvenes, hombres y mujeres, laicos y religiosos, encuentren su sitio en ella?
Este camino creo que lo está marcando el papa Francisco. Los grandes temas los ha ido señalando desde su exhortación apostólica programática Evangelii Gaudium. La conversión pastoral, la iglesia en salida han de ser guías para ese camino sobre el que me preguntas.
Estoy convencido que, si nos centramos en familia, jóvenes, cuidado de la creación, modo de ser sinodal de la iglesia y diálogo auténtico con nuestros contemporáneos y el mundo real, jóvenes, hombres y mujeres, laicos y religiosos, encontrarán su sitio en Sal Terrae.
La editorial Sal Terrae del Grupo de Comunicación Loyola y la Universidad Pontificia Comillas, han colaborado editorialmente a lo largo de los 20 años de historia de la Cátedra Hana y Francisco José Ayala de Ciencia, Tecnología y Religión, para sacar a la luz una importante selección editorial única en cuanto a autores y temáticas tratadas. Obras difíciles de encontrar en castellano y muy valiosas porque su contenido pivota en torno a la búsqueda de respuestas a las grandes preguntas de la vida a través de la ciencia, la filosofía y la teología. La mayoría de las traducciones de estos estudios han recibido el apoyo de la Fundación John Templeton para acercar a los hispanohablantes autores tan relevantes en este campo como son Alister McGrath, Peter Harrison, John H. Brooke o Rodney Stark, entre otros.
La colaboración Sal Terrae-Universidad Pontificia Comilla ha cubierto el gran vacío en lengua castellana de trabajos profundos e interesantes sobre los que trabaja e imparte docencia la Cátedra Hana y Francisco J. Ayala. Las obras seleccionadas contribuyen en esa búsqueda de una relación fructífera y positiva entre ciencia y religión. Es una reflexión interdisciplinar necesaria hoy, tanto en el marco académico como para el público formado e inquieto por obtener respuestas dentro de este diálogo. Este vacío era y sigue siendo necesario cubrir para abordar grandes temas que son muy difíciles de encontrar en castellano.
La colección incluye unos 14 títulos en castellano publicados anteriormente por la editorial de la Fundación John Templeton, pero también por Chicago Press, Oxford University Press o Harvard University Press, entre otros prestigiosos sellos. Muchos fueron seleccionados por ser libros relevantes convertidos en clásicos de la literatura de ciencia, filosofía y teología. Otros, por su reciente contribución al abordaje de temas novedosos en este diálogo ciencia-religión.
Editorial en sintonía con la Cátedra Hana y Francisco J. Ayala
Hana y Francisco J. Ayala han buscado y siguen buscando respuestas a las grandes preguntas de la vida en las áreas de la ciencia, la teología, la filosofía y las ciencias humanas. Su vocación docente y divulgativa les condujo hacia aquellas reflexiones que contribuyen a una mayor comprensión de las estructuras fundamentales, las leyes del mundo natural y, específicamente, de la vida y la evolución biológica, y genética. Les ha movido el enorme interés por crear conciencia sobre los descubrimientos de vanguardia en estas áreas de manera clara y sugerente.
“Con nuestras publicaciones, fomentamos y mantenemos la apertura hacia las dimensiones espirituales de la realidad y un sentido más pleno del significado de la vida”.